Informe del Observatorio Social de La Caixa.
Una cobertura adecuada de las necesidades sociales de los menores de edad, personas entre 0 y 17 años, es clave para el desarrollo social de un país. Estas necesidades están estrechamente ligadas tanto al bienestar económico y material como a la salud, el acceso a la vivienda o la educación. Para su análisis se han seleccionado una batería de indicadores de cada dimensión, teniendo en cuenta que la educación se analizó en otro informe anterior centrado en esa dimensión.
Los indicadores que utilizamos ahora miden la incidencia, la intensidad y el grado de cronicidad del riesgo de pobreza de los menores, la cobertura de la necesidad de empleo digno de sus padres y, en general, las condiciones de vida en su familia en cuanto al confort de la vivienda que ocupan y a su salud, es decir, a su estilo de vida y a sus posibilidades para acceder a la asistencia médica que necesitan.
Las tasas de pobreza infantil en España son muy superiores a las de la población general. La pobreza de los menores implica a menudo privación material y es de carácter más crónico que hace una década. El porcentaje de menores cuyas viviendas están en malas condiciones de habitabilidad es menor en España que en dos tercios de los países de la UE.
El porcentaje de menores cuya asistencia sanitaria se demora cuando es necesaria es también menor que la media de la UE.