Save the Children alerta sobre un aumento de la inequidad del sistema educativo y se une a la demanda social de un Pacto de Estado por la educación
Este informe de Save de Children ha sido elaborado en base a la investigación ‘Los principios de un sistema educativo que no deje a nadie atrás’, dirigida por Aina Tarabini y Xavier Bonal, del Grupo de Investigación en Globalización, Educación y Políticas Sociales, de la Universidad Autónoma de Barcelona.
La educación juega un rol fundamental en la explicación de las desigualdades sociales, ya sea a través de su reproducción, aumento o disminución. En España, la educación ha tenido en las últimas décadas un papel determinante en la movilidad social de amplios sectores de la población.
Sin embargo, como ascensor social la educación tiene limitaciones y niños y niñas con determinadas características socioeconómicas, culturales, étnicas o de discapacidad, necesitan de políticas educativas definidas desde la equidad, para poder compensar las desigualdades de origen.
No disfrutar en igualdad de condiciones de la educación es una vulneración de los derechos humanos y, por ello, la equidad debe ser central en cualquier sistema educativo.
El derecho a la educación en el Siglo XXI debe ser entendido de forma amplia. Para una correcta inserción laboral y un completo desarrollo personal, la educación obligatoria ya no es suficiente. El acceso a una educación postobligatoria de calidad, a formación y actividades extraescolares y a educación infantil, no puede depender de la situación socioeconómica de niños/as y familias.
Sin embargo, la inequidad educativa en España ha aumentado: según la OCDE, entre 2003 y 2012 el impacto que el nivel socioeconómico tiene sobre los resultados educativos ha crecido un 24%.
España tiene la mayor tasa de Abandono Educativo Prematuro (AEP) de la UE con un grave impacto no sólo en el desarrollo y opciones vitales de niños y niñas, sino en el conjunto del país. Se calcula que el coste de la AEP oscila entre el 5,9% y el 10,7% del PIB.Las desigualdades también inciden en el AEP, incidiendo más en niños y niñas con peores condiciones socioeconómicas. Es más, aunque durante la crisis el AEP se ha reducido por la ausencia de oportunidades de trabajo en sectores como la construcción o el turismo, no ha bajado tanto en los quintiles de renta más pobres. El origen socioeconómico es ahora más determinante. El 43% de los niños y niñas del 20% más pobre abandona prematuramente sus estudios.